Posteado por: oceanido | octubre 12, 2019

Cruceros turísticos y sustentabilidad

Por: Efrén E. García Villalvazo

Como parte del Primer Foro de Saberes Ambientales promovido por la Dirección Municipal de Ecología me tocó en suerte desarrollar el tema de Transporte Marítimo y Sustentabilidad.  Sin ser experto en el tema, este compromiso me permitió asomarme al poderoso, complejo, extremadamente impactante –desde lo ambiental- mundo del transporte de pasajeros en cruceros turísticos y el de carga por mar.

En una primera apreciación como acapulqueño que ve los barcos desde lejos es que al parecer como negocio solo los servicios portuarios, unas pocas agencias de viajes y los servicios subcontratados por las mismas son las que ganan con las visitas.  Algunos otros de venta de artesanías.  Algunos guías de turistas por ahí.  Solo un grupo muy selecto y reducido.

Ahondando en el tema aprendí que la mayor parte del tránsito de mercancías global se hace por medio de barcos y se debe ser cuidadoso de tratarlo por separado del tráfico de pasajeros, que tiene una dinámica y estadísticas diferentes.  A la fecha el traslado de mercancías más eficiente desde el punto de vista de dinero y de emisiones de carbono es el que se hace utilizando un barco como transporte; sin embargo hay que mencionar que debido al volumen de la actividad probablemente ésta sea una la que más emisiones de carbono a nivel absoluto  contabiliza a nivel mundial.  Como referencia tenemos que el transporte que más emisiones produce por unidad transportada es el aéreo, mientras que el que más emisiones produce desde el punto de vista absoluto es el transporte terrestre (carga y pasajeros) con casi el setenta por ciento del promedio mundial.

Emisiones por tipo de transporte

Todo lo anterior es producto de un desarrollo tecnológico que por lo pronto nos hace permanecer atados al consumo obligado de petróleo: actualmente no hay barcos –de carga- que funcionen con otra fuente de energía, lo que también hace pensar que a fin de cuentas los grandes buques de vela del siglo XVIII y XIX no eran tan mala idea.  Se alcanza a percibir también que es muy deseable la estrategia de desarrollo de los vehículos de transporte terrestre utilizando electricidad como alternativa para reducir emisiones, situación que en nuestro país no produciría un cambio realmente para celebrar pues más del 60 % de nuestra electricidad es generada quemando combustóleo.  Se quemaría carbono para producir electricidad para después consumirla en un carro eléctrico.  A nivel de imagen funciona, a nivel de reducción real de emisiones de plano no.

Lo preocupante es que el transporte de carga por barco hoy por hoy es insustituible, y como era de esperarse, tiende a crecer.  Considerando la misma fecha límite del año 2050 utilizada por los ambientalistas para su pronósticos catastróficos, se ha estimado que para entonces el volumen de transporte vía barco aumentará al triple, mientras que la emisiones de carbono del transporte en general aumentarán un 60% más de las emisiones que se tenían en el 2015, fecha marcada a nivel mundial por los Acuerdos de París que buscan el control de emisiones de gases de efecto invernadero. El que la tendencia de emisiones sea creciente no quiere decir que se vaya a cumplir, pues a esos niveles la situación a nivel planetario será completamente distinta.

Tráfico marítimo/ carga y pasajeros

Por otro lado, hay otros temas que tienen que ver con estas inmensas estructuras flotantes de más de 3,000 pasajeros consumiendo al ritmo más alto que pueda hacerlo un ser humano, pues son embarcaciones de lujo donde se alienta como parte de la experiencia el consumo exagerado.  ¿Nunca se han preguntado adónde va a dar todo en un barco después de que se acciona la palanca de un excusado?  ¿Adónde va a dar toda la basura generada a bordo y toda esa agua con aceite y combustible que se almacena en sentinas y que en algún momento hay que descargar?  Resulta un asunto importante, pues en la actualidad hay más de 400 cruceros turísticos operando en los océanos del mundo.

Maniobra en aguas bajas/ remoción de lecho marino

Un crucero de gran tamaño (de dos mil a tres mil pasajeros) puede generar alrededor de 1,000 toneladas diarias de residuos, que incluyen: 500,000 a 800,000 litros de aguas grises, 100,000 litros de aguas negras, de 13 ,000 a 26,000 litros de aguas con aceite de motor, de 7,000 a 10,500 kilos de basura y residuos sólidos y de 60 a 130 kilos de sustancias altamente contaminantes (pintura, restos de pintura, baterías, material médico, agentes de limpieza en seco).  Haciendo un recuento rápido cada pasajero produce alrededor de 350 kilos diarios de desechos de todo tipo.  Falta contabilizar el consumo de combustible del barco, que es el equivalente al uso de 12 mil vehículos pequeños y el humo proveniente de los incineradores que queman plásticos y papeles de esta pequeña ciudad a flote.

Por supuesto que existen tratados internacionales y leyes que regulan el vertimiento de estas cantidades exageradas de residuos al mar, pero en la vida real debe ser muy difícil lograr que se cumplan y supervisarlas supone gastos y emisiones en carbono adicionales al proceso vigilado.  En México se cuenta con una Ley de Navegación y Comercio , una Ley Federal del Mar, una Ley General del Equilibrio Ecológico y de Protección al Ambiente, una Ley General de Salud y una Ley Federal del Agua que deberán ser observadas en lo que corresponde al control de la contaminación del medio marino.  La pregunta es quién y cómo se van a asumir los costos de esta supervisión a escala oceánica.

En fechas recientes, la compañía Carnival –la cual tiene el 47% del mercado de cruceros a nivel mundial- acaba de ser multada con 20 millones de dólares por tirar basura al océano.  Si este gigante del negocio tiene estas prácticas nefastas, es de esperar que sus competidores las repliquen tan solo para mantenerse con vida en un mercado altamente competitivo.  Royal Caribbean, la segunda compañía a nivel mundial, ya ha sido multada también por prácticas y cantidades de dinero similares.

Violación de tratados internacionales para evitar contaminación marina

 A nivel local hay testimonios de buenos amigos, El Árabe y El Buzo, que trabajaron en alguna de esas líneas que llegaban a México en la década de los ochenta; me platicaron que en algunos países se cumplía con la separación de residuos y la molienda fina de elementos orgánicos antes de arrojarlos al mar, así como la incineración de plásticos, madera y papel para cumplir con las regulaciones vigentes, descargándose en algunos puertos los metales y el vidrio.  Sin embargo, en aguas mexicanas la situación podía ser otra, pues se daba el caso de que con la basura mezclada se formaran paquetes de 80 kilos de peso y por la noche fueran arrojados sobre la borda para ahorrarse los procesos de tratamiento.  Vaya uno a saber la cantidad de estos paquetes que se han acumulado en el mar con el paso de los años y de los barcos.  Cuando se inicie la exploración de las regiones profundas del océano se encontrarán estas cargas ocultas con tanto descuido por la sociedad actual.

Finalmente un tema de detalle ecológico fino: el problema de la transfaunación.  En el agua que se transporta en los tanques de lastre –que se usan para balancear la distribución de peso en un barco- se pueden transportar infinidad de larvas, juveniles, huevecillos y adultos de especies que liberadas en sistemas frágiles como las islas provocan grandes invasiones y en muchos casos la extinción de especies locales y valiosas que simplemente no pueden competir con las recién llegadas.  De la misma forma se supone que hay un tratamiento de esta agua de mar bombeada a los tanques de lastre, pero en la realidad poco es lo que se sabe de la dinámica de estos grandes transportadores de especies marinas y acuáticas en sus viajes transcontinentales por el mar.

Ejemplos de transfaunación

Para finalizar, no todo es malo en el asunto de los cruceros, pues es indudable el beneficio económico que acarrean, aunque sea concentrado en pocos afortunados.  Es simplemente cumplir con requisitos ambientales mínimos que aseguren –hasta para las empresas de cruceros- que los destinos y las rutas turísticas que utilicen puedan ser disfrutados por todos por un largo tiempo.  La sustentabilidad puesta en la práctica para beneficio de todos.

Twitter: @OceanEfren

* El autor es oceanólogo (UABC), ambientalista y asesor pesquero y acuícola. Promotor de la ANP Isla La Roqueta y cofundador de su museo de sitio, además de impulsor de la playa ecológica Manzanillo


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